DOS PLAZAS Y MEDIA
Algo devastador sucedió, todo está
perdido o mejor dicho inundado. El agua cubrió todo y no se sabe donde está la
orilla. Escombros, muebles, electrodomésticos, cuadros flotan a la deriva al
igual que ellos dos. Él sobrevive flotando en un colchón de dos plazas
transformado en una suerte de bote. En cambio ella improvisó su balsa sobre una
silla dada vuelta impulsada por un batidor de cocina. Así sobreviven estos dos
seres perdidos en la inmensidad de no se sabe dónde.
Algo sucede que hace que se encuentren,
él la invita a subir a su colchón, ella acepta y le cuenta que había nadado en
diferentes direcciones y que hasta el momento eran los únicos dos seres humanos
en miles de kilómetros a la redonda. No tienen contacto con nadie salvo por una
radio que recibe señal algunas veces, a través de la cual se van enterando de
manera entrecortada de las noticias sobre el desastre que ocurrió.
Ellos se sostienen, se escuchan y se
relacionan desde un lugar algo particular, pareciera familiar pero es muy
distante a la vez. Así, en esa atmósfera enrarecida, iremos descubriendo los
fragmentos de Wally y Meli para reagruparlos y armar el rompecabezas de sus
historias.
“Dos plazas y media” remite en cierto
modo al término de modernidad líquida, lo que se definiría como el actual
momento de la historia en el que las realidades sólidas de nuestros abuelos,
como el trabajo y el matrimonio para toda la vida, se han desvanecido. Y han
dado paso a un mundo más precario, provisional, ansioso de novedades y algo
agotador. Un presente plagado de incertidumbres. Y algo de esto es lo que les
sucede a los protagonistas en una realidad vacilante e incierta.
El texto de Damián Valgiusti es una gran
metáfora que con aciertos pone a estos seres indefensos, desarmados en un
ámbito simbólico y sumamente significativo. Quizás ciertas explicaciones al final estarían
de más.
La dirección corrió por cuenta del
propio Valgiusti y de Gimena Romano Larroca, llevando a la obra a buen puerto,
apoyado en el interesantísimo diseño espacial y escenográfico de Ana Repetto. Crearon
atmósferas intensas, momentos cómicos y dieron vida a un texto austero y
simbólico con buena factura. Por otro lado hay que mencionar la música original
de Diego Lozano que aporta fragmentos intensos y atractivos a la acción.
Los trabajos actorales son destacables. Tanto Valgiusti como Luciana Ulrich logran una
conexión muy profunda en medio de tanta incerteza, pintaron a sus personajes
con una amplia paleta de colores y les dan la sensibilidad que requieren.
En “Dos plazas y media” Wally y Meli naufragan entre los escombros de
sus vidas derrumbadas, en medio de un mar de dudas e incertezas.
Una pieza simple, interesante y
profunda.
Gastón Olivera
FICHA TECNICA
Autor: Damian Valgiusti
Elenco: Luciana Ulrich, Damian Valgiusti
Escenografía: Ana Repetto
Diseño de luces: Juan Baez, Alejandro
Velázquez
Música original: Diego Lozano
Diseño de coreografia: Nicolás Salvo
Dirección: Gimena Romano Larroca, Damian
Valgiusti
Funciones: Lunes 21 hs
Duración: 55 minutos
Lugar: EL CAMARÍN DE LAS MUSAS
Mario Bravo 960
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