PARIAS



Platonov, escrita cuando Antón Chejov rondaba los 20 años y a la que se conoce resumida y en versiones que no se sabe ya si guardan o no fidelidad a este médico, narrador y dramaturgo excepcional nacido en Taganrog, en el sur de Rusia, en 1860 y muerto en 1904, víctima de la tuberculosis. La aclaración sobre las versiones es necesaria pues el texto original de esta obra fue destruido por el escritor ante la negativa de una actriz de su época, María Ermolova, a interpretarla. Pero sucedió que en 1920 se halló un borrador y a partir de entonces comenzaron las adaptaciones, quizás para subsanar algunas fisuras que tenía el manuscrito.
El tedio, la monotonía de la vida rural pero sobre todo por la llegada del verano, hacen que las mismas personas de siempre se encuentren en la finca de los Voinitsev a pasar el tiempo y a ponerse al día sobre lo que les sucedió durante el invierno. Pero sin prestar demasiada atención al  momento de desajuste social de la Rusia zarista,  donde la  aristocracia está en franca decadencia, mientras que la burguesía comercial y económica está en pleno ascenso.  Entre los asistentes a esas tertulias está Platonov, un maestro rural casado y con dos amantes, que no llega a darse cuenta de lo que hace ni de lo que genera al otro. Una suerte de tren sin rumbo al que le importa poco aquello que se lleva por delante y mucho menos aquello que rompe o aplasta. Nada lo motiva,  ni siquiera le resultan muy atractivas las intrigas sentimentales que genera entre las mujeres que lo rodean. Así en un ambiente de pequeño burgueses, Platonov sufre y se burla con sarcasmo de la mediocridad de quienes viven aplastados por las presiones de la vida cotidiana, sin grandes aspiraciones ni ideas precisas sobre la vida y que sofocan su decepción con la bebida, los juegos y las constantes ambiciones materiales.
Parias es la versión de Guillermo Cacace basada en esta obra de Chejov. Si bien son evidentes las modificaciones que hizo junto a Juan Ignacio Fernández sobre el original, no hay grandes variaciones y respeta el escrito del autor ruso. Pero donde queda en claro que es su propia versión es en la puesta en escena. Nada de realismo, teatralidad en estado puro. Personajes que se pasean entre el público, todos en el escenario y viendo todo. Parece raro pensando en un Chejov pero creo que es acá donde radica una de las claves. Todo aquello que es sugerido, que subyace bajos miles de palabras, toda la tensión reprimida, en síntesis todo lo implícito en la dramaturgia chejoviana, Cacace lo hace explícito, lo expone brutalmente en el escenario dejando a estos personajes casi en el abismo, como el viejo régimen que se les viene abajo. Esta tensión entre lo dicho y lo mostrado hace que tome mayor importancia la propia subjetividad y los propios sentimientos en detrimento de la verdad objetiva. Entonces  es esa apariencia de verdad  la que se vuelve más importante que la verdad en sí misma. Por el mismo carril corre el interesante diseño de vestuario de Magda Banach. Todos están vestidos con ropa deportiva Adidas, pareciera que son seres que quieren pertenecer, como si fueran una suerte de tribu urbana. Hay ciertas referencias rusas, gorros o ropas características, que hacen que nuestra imaginación los ubique en Rusia y en una época determinada. Como además cierto tratamiento del color para los aristócratas. La escenografía de Félix Padrón juega el mismo papel, parece una obra en construcción, algo está por edificarse. Es para destacar la música en vivo y cómo los músicos interactúan en el desarrollo de la trama.
Los trabajos actorales son  buenos, intensos y sin fisuras. En el programa de manos el director aclara que jugaron a rotularse como “realismo ebrio” apoyando las actuaciones en un gran trabajo corporal y comprometido. Es para destacar a Marcelo Subiotto en el rol de Platonov.
Parias es una propuesta intensa, en algunos momentos desconcertante, en otros críptica, pero sobre todo descarnada y cruda. Una pieza  donde todo el artificio teatral queda expuesto y donde el valor de la verdad se pone en duda. Una obra que que le dejará más de un interrogante, con una sensación de orfandad. Tan buena como aguda y penetrante

Gastón Olivera

FICHA TECNICA
Basada en Platónov de Antón Chéjov
Traducción: Alejandro González
Dramaturgia Guillermo Cacace,  Juan Ignacio Fernández
Elenco: Lorena Vega, Javier Lorenzo, Laura Nevole, Horacio Acosta, Esteban Kukuriczka,  Georgina Rey, Ignacio Rodríguez de Anca, Marcelo Subiotto, María Inés Sancerni, Fernando Contigiani García, Iván Moschner, Julián Marcove, Agustina Groba
Músicos en escena: Patricia Casares, Eliana Liuni, Francisco Casares
Entrenamiento físico y coreografía: Andrés Molina, Celia Argüello Rena
Iluminación: Aquiles Gotelli, Alberto Albelda
Vestuario: Magda Banach
Escenografía: Félix Padrón
Dirección: Guillermo Cacace
Funciones: Miércoles a sábados, 20 horas. Domingos, 19.30 horas
Duración: 120 minutos
Teatro: Sala Casacuberta. Teatro San Martín. Av. Corrientes 1530


Espectáculo recomendado para mayores de 13 años

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