TERRENAL, Pequeño misterio ácrata
Hace algo más de 20 años el Tata tomó posesión
de un terreno ubicado en la parte más alta y alejada de la ruta de un loteo.
Allí estableció a sus dos hijos y después desapareció por algo más de dos décadas. Las
personalidades de ellos, como así sus temperamentos son bastantes diferentes. Caín,
cumpliendo un mandato autoimpuesto, de dedicó al cultivo de morrones. Creando
un sistema de pesos y medidas que en una escala de 1 a 10 establece la calidad
del pimiento. Por el otro lado Abel junta isocas, larvas del escarabajo torito,
para venderlas en la ruta a la gente que va a pescar al río. Caín no soporta
bajo ningún aspecto las conductas se su hermano por lo que prefirió dividir el
campo en dos partes: una sumamente productiva, mientras que la otra, al
parecer, improductiva. No entiende cómo su hermano no produce y tiene una vida
tan simple ya que él trabaja desde temprano para acumular ajíes y dinero. En su
concepción de la vida solamente el domingo es el día de descanso pero sobre
todo para dedicárselo al Señor. Así entre litigios permanentes transcurre la
vida de estos dos hombres mientras esperan que alguna vez llegue su padre.
En medio de una discusión Tatita vuelve inesperadamente, ambos hijos felices por el reencuentro y el padre contento por
verlos. Caín se desespera por mostrarle cómo hizo que su campo sea lucrativo y
se siente orgulloso de su esfuerzo. Abel, que nunca tuvo ninguna esperanza de
volver a ver a su padre, desde su simpleza le quiere regalar una tarde en el
balneario, a lo que el señor accede con felicidad. Esto enoja a Caín y en un
ataque de ira y celos lleva su conducta al extremo.
Mauricio Kartún tomó el mito bíblico de
Caín y Abel para amar esta genialidad. Este relata cuando Adán y Eva salieron del jardín del Edén y se instalaron en un terreno deshabitado, donde al cabo de un tiempo fueron
padres de Caín y en segundo lugar Abel. Cuando ambos crecieron el primogénito
se dedicó a la agricultura mientras que el menor se convirtió en pastor. Cada
año ambos hacían ofrendas a Dios: Abel daba sus mejores ovejas mientras que
Caín entregaba aquello que iba a tirar.
Esto a Dios no le gustaba y solo escogía aquello Abel le regalaba. Así Caín
lleno de furia, envidia y odio decide deshacerse de su hermano para que Dios
solo elija sus ofrendas.
El excelente texto de Kartún crea una
metáfora política sobre esta leyenda bíblica y la ubica en la pampa argentina otorgando
a cada hermano una postura bien diferenciada: Abel es la izquierda
mientras que Caín personifica la derecha terrateniente. Esa división entre
ambos es remarcada por el “alambrado” que divide ambos campos. Pero lo más
terrible es que ambos permanecen en sus posturas lo que hace imposible que se
cierre esa grieta familiar. Son interesantísimas las referencias a uno u otro
bando, como por ejemplo los bichos negros, hablando de los escarabajos y a sus
larvas que comen todo desde abajo, refiriéndose a “los negros”. Más allá de
esto el texto está atravesado por innumerables referencias a la cultura
argentina. Confluyen en la voz de los personajes un discurso capitalista y otro
basado en la libertad. Uno donde todo
fluye más relajado y otro donde todo debe estar bajo control y cumpliendo las
leyes y las normas, aunque si se puede obviar alguna mejor. Su labor como
director corre por el mismo carril, es impecable. Ubica a estos personajes, con
ciertas reminiscencias beckettianas, en un teatro algo venido a menos, remitiendo a actores de la tradición de las
tablas, esos que salían de gira a divertir a los habitantes de los pueblos.
Los trabajos actorales con excelentes:
Claudio Martínez Bel, Tony Lestingi y Rafael Bruza disfrutan cada segundo y eso
lo trasmiten al público. Sus propuestas no tienen fisuras, manejan la comicidad
con extrema fineza y pintan a Caín, Abel y al Tatita con una gran gama de
colores.
Terrenal, pequeño misterio ácrata, es
una pieza excelente por donde la mire, que lo hará pensar, reflexionar pero
sobre todo divertirse con humor inteligente y sofisticado. No se pierda esta
obra necesaria de la dramaturgia argentina contemporánea.
Vaya.
Gastón Olivera
FICHA TECNICA
Elenco: Claudio Martínez Bel, Tony
Lestingi, Rafael Bruza
Escenografía y vestuario: Gabriela
Fernández
Iluminación: Leandra Rodríguez
Diseño sonoro: Eliana Liuni
Libro y dirección: Mauricio Kartún
Funciones: Jueves 20 hs; Viernes 21 hs;
Sabados 21 hs; Domingos 20 hs
Lugar: Teatro del Pueblo (Av. Roque
Saenz Peña 943)
Duración: 90 minutos
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