MILLONES DE SEGUNDOS


Quizás cuando nació todos habrán festejado la llegada de la niña a la familia. Seguramente que la habrán llenado de regalos para nenas para que juegue y  tal vez ella lo hizo. Pero lo que si fue seguro es que de pequeña habrán aparecido algunas características particulares que la diferenciaban de la media. Ella tiene síndrome de Asperger, una condición del espectro autista. Esto le generó y le genera un modo de ver la realidad, de ser en el mundo diferente a cualquier otra niña. Pero eso no es todo. Ella no se sentía niña, sentía que era un niño y que su verdadero nombre era Alan. Cómo habrá sido el nivel se sufrimiento de una criatura con una condición tal y que además siente que su identidad de género no se ajusta a la que se le asignó al nacer. Alan creció y al llegar a la adolescencia todo se va complicando y resignificando.
Pero esto no es más que una simple y llana suposición basada en lo que yo entiendo que le sucede a una persona que padece la incomprensión por lo que le ocurre y por su modo de ver la realidad dada por su condición.
Millones de segundos cuenta de manera conmovedora la vida de Alan, este adolescente que no va contra las reglas, sino que por su condición es fiel a sí mismo. Siente que solamente lo comprende Samson, su perro rottweiler, quien además de brindarle compañía le da seguridad. El joven tiene la necesidad ser hombre, no parecer y para ello oculta todo rasgo femenino y viste ropas de varón para vivir de acuerdo a lo que siente. Su madre no sólo que no acepta esto sino que además no lo comprende ni lo puede contener, es que ella “parió una hija” y por eso debe vestirse como tal. Pero no solo la casa es un lugar hostil, también lo es la escuela donde se ve obligado a usar uniforme femenino e ir al baño de las mujeres. Violencia física, psicológica, institucional hasta con sus doctores y terapeutas. Alan es un ser muy inteligente, sabe que tiene una condición que lo hace diferente pero la impotencia ante tanta incomprensión es muy dolorosa y a veces intolerable. Pareciera que el diagnóstico de Asperger podría complicar el reclamo por su identidad de género.
Alan sufre, vive cómo puede, se filma, muestra en las redes a su perro, visita a la vecina. Pero lo más importante es pasar los millones de segundos que le quedan para dejar de vivir en el cuerpo que no le corresponde y poder comenzar a vivir en plenitud.
Millones de segundos es una pieza cruda, por momentos incómoda, no tiene golpes bajos, sino una dura realidad que a veces preferimos no ver. Mientras la veía resonaba en mi cabeza el tema de la tolerancia y hasta qué punto nos ponemos en el lugar del otro sinceramente, sin que sea una postura políticamente correcta. Es más ¿nos ponemos en el lugar del otro? Hace unos días padres festejaron la expulsión de un niño de un colegio por tener la condición de Asperger. Por otro lado ¿aceptamos plenamente a las personas trans, gays o bisexuales? Si esto no fuera todavía un tabú cuantos problemas se evitarían.
Diego Casado Rubio se basó en un caso real para escribir esta maravillosa obra. El texto es preciso, con las palabras justas, pero sobre todo es contundente en el mensaje. Su trabajo como director es excelente, sacude al espectador desde el momento que ingresa a la sala. Manejó los tempos de manera sublime, creó atmósferas únicas con momentos difíciles de procesar. Disenó una puesta en escena minimalista, con movimientos precisos. Es para destacar la escenografía que simula una cara de un cubo Rubik conocido como cubo mágico, estos se van resginificando una y otra vez.
Ahora bien las labores actorales son sobresalientes, los tres llegan a tocar las fibras más íntimas del espectador. Raquel Ameri es Alan, es admirable su composición, su entrega y todos los riesgos que corre. María Rosa Frega es la madre sufriente, metida  en un laberinto del que no la saca ni el olor a lavandina, toda su propuesta es de excelente factura. Victor Labra es Samson, su entrega es maravillosa, logra que veamos a su personaje en todo momento con una mezcla de ternura y dedicación hacia Alan, pocas veces visto.
Millones de segundo es de esas obras que uno sale diferente, enojado, angustiado, amigado con el tema, como sea, pero no saldrá igual. Seguramente que se hará varias preguntas y ojalá que estas cuestiones nos hagan más tolerantes y mejores personas.
Viva esta experiencia. Vale la pena

Gastón Olivera

FICHA TECNICA
Elenco: Raquel Ameri, María Rosa Frega, Víctor Labra
Vestuario: Vessna Bebek
Iluminación: Verónica Alcoba
Libro y dirección: Diego Casado Rubio

Funciones: Jueves 21 hs.  Domingos 18.30 hs
Lugar: Teatro El Extranjero (Valentín Gómez 3378)

Duración: 65 minutos

Comentarios

Entradas populares