MUERTE ACCIDENTAL DE UN ANARQUISTA
Polémico y provocador, tanto arriba como abajo del escenario, Dario Fo (1926 – 2016) siempre fue un personaje incómodo
para el poder. Solía decir que había nacido “politizado”. Rey de la farsa, cómico impertinente, fue símbolo de la cultura
revolucionaria italiana en los años 60 y 70. En los 90 y con el Nobel de
Literatura de 1997 bajo el brazo, Dario Fo se convirtió en el ejemplo de
artista comprometido.
Entre los varios escritos estrenó en
1970 una de sus obras más conocidas Muerte accidental de un anarquista, basada
en un hecho real y motivaba por el contexto socio político de la Italia de
finales de los 60 que era bastante
complicado. Donde una oleada fascista quería provocar disturbios, a través de
varios atentados a lo largo y lo ancho del país. Uno de los acontecimientos más
sangrientos fue el de los atentados de Milán en 1969 y en especial el que ocurrió en un banco de Piazza Fontana. El sospechoso detenido como posible culpable del
atentado, era un ferroviario que supuestamente se suicidó cayendo de una de las
ventanas de la Jefatura de Policía de Milán.
Fo parte de esta anécdota y ubica la
acción en la central de policía donde deben interrogar a un detenido, un loco
que presenta feliz los documentos que acreditan tal condición mental. Durante la indagación el comisario Bertozo y
el agente Pisani van descubriendo que este personaje había tenido otras
detenciones por ejercer ilegalmente la psiquiatría y hacerse pasar por otros
personajes. Tal es la habilidad del detenido que logra escapar del lugar
generando un caos importante. En medio de eso esperan un juez que viene a
investigar el supuesto suicidio de un anarquista, que había ocurrido en el
mismo destacamento. Es ahí cuando el loco decide hacerse pasar por el
magistrado y comienza a cuestionar a los integrantes de la fuerza que
presenciaron ese acontecimiento.
Más allá de la anécdota es interesante
el lugar donde el autor ubica al espectador haciéndolo identificarse con “el
loco”. Un personaje que interpreta facetas hasta irreconciliables de los seres
humanos: la ley, la anómia, el control y el desborde. Además de hacerlo ser
cómplice de hechos de corrupción, abuso de autoridad y como si fuera poco lo expone al rol del periodismo, algo tan actual y vigente en esta realidad
liquida de la posverdad.
Es sumamente atractivo ver que una pieza
escrita hace casi 50 años mantiene una vigencia total, lo que nos hace ver cuán
poco hemos mejorado como sociedad. Todo el tiempo nos interpela, nos incomoda y
nos hace pensar sin darnos cuenta, porque inteligentemente utilizó el mecanismo
del humor para disfrazar la cruda verdad.
El trabajo de dirección de Barbara
Mercado es bueno, mantiene un ritmo que no decae y le dio un viso moderno a su
puesta en escena. Además de aprovechar bien los tramos cómicos del texto,
agregó desde el trabajo con los actores situaciones que consiguen la risa
franca del público.
Las labores actorales son buenas pero
algo desparejas. Todos llevan a sus personajes al límite pero por momentos no
son orgánicos. La propuesta de Francisco Pote Nicolau es excelente, pinta al
loco con toda la gama de colores necesarios para ese rol que incluye una
variedad de personajes y todos son de gran factura, apoyado en un interesante
trabajo físico.
Fo creó los cuatro personajes que
representan al poder policial como cuatro matices de una misma idea, que actúan
y piensan de una manera tan parecida que como espectadores podemos llegar a confundirlos entre si. Bertozo, es quien trata de poner un poco de cordura a la cuestión y es Ignacio Veloso quien lo
lleva a muy buen puerto. Ignacio Castro otorga al agente Pisani miles de
pequeñas y contradictorias acciones que hacen que su interpretación sea súper interesante. Germán
Mono Chavez y Paulo San Martin completan los agentes de la ley con contrapuntos
muy rescatables. Belén Azar es la periodista.
Muerte accidental de un anarquista invita
desde el humor a la reflexión sobre las caras y los artilugios de los que se
puede adueñar el poder en un momento determinado en detrimento del ciudadano común y corriente. La obra es un manifiesto y un grito contra la injusticia, la mentira y
la falsedad.
Gastón Olivera
FICHA TECNICA
Autor: Dario Fo
Elenco: Belén Azar, Ignacio Castro,
Germán Chávez, Francisco Gómez Nicolau, Paulo San Martín, Ignacio Veloso
Músicos: Almendra Abritta Peña, santiago
suarez
Vestuario: Veca Casanovas
Diseño de luces: Paul Pregliasco
Dirección: Bárbara Nahir Mercado
Funciones: Viernes y sábados 20 hs
Lugar: TEATRO LA MUECA (José Antonio
Cabrera 4255)
Duración: 85 minutos
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